Con el creciente enfoque mundial en fuentes de energía renovables, las mazorcas de maíz están desempeñando un papel importante en el sector energético. Se pueden utilizar para producir bioenergía mediante métodos como la digestión anaeróbica y la gasificación. La digestión anaeróbica de las mazorcas produce biogás, que contiene metano y puede emplearse para calefacción y generación de electricidad. Por otro lado, la gasificación convierte las mazorcas en gas de síntesis, una mezcla de monóxido de carbono e hidrógeno que puede procesarse posteriormente en combustibles líquidos o utilizarse para generar energía. Esta utilización de las mazorcas en la producción de energía no solo ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también proporciona una alternativa sostenible a las fuentes tradicionales de energía.
En el sector de la construcción, las mazorcas de maíz están dejando su huella. Debido a su naturaleza fibrosa, pueden utilizarse como sustituto de la madera en algunas aplicaciones. Por ejemplo, pueden incorporarse en tableros compuestos. Estos tableros basados en mazorcas de maíz tienen buena relación resistencia-peso y pueden emplearse para revestimiento interior de paredes, paneles de techo y hasta ciertos tipos de mobiliario. Además, el uso de mazorcas de maíz en materiales de construcción ayuda a reducir la demanda de madera tradicional, lo cual es beneficioso para la conservación de los bosques. Las propiedades ligeras y aislantes de las mazorcas de maíz también las hacen adecuadas para su uso en materiales aislantes, mejorando la eficiencia energética de los edificios.
Las mazorcas desempeñan un papel crucial en la protección ambiental. Como se mencionó anteriormente, su capacidad para absorber contaminantes las hace útiles en el tratamiento de aguas residuales. También pueden utilizarse en proyectos de remediación de suelos. Cuando se añaden a suelos contaminados, las mazorcas pueden ayudar a inmovilizar metales pesados y contaminantes orgánicos, reduciendo su movilidad y su potencial daño al medio ambiente. Además, la producción de biochar a partir de mazorcas almacena carbono, ayudando a mitigar el cambio climático al reducir la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera.